jueves, 30 de enero de 2025

 

 El espejo chino

"Había una vez un campesino chino, el cual iba a ir a la ciudad a vender la cosecha de arroz en la que él y su esposa habían estado trabajando. Su mujer le pidió que, aprovechando el viaje, no se olvidase de traerle un peine.

El hombre llegó a la ciudad y una vez allí vendió la cosecha. Tras hacerlo, se encontró y reunió con varios compañeros y se pusieron a beber y a celebrar lo conseguido. Después de ello, y aún un poco desorientado, el campesino recordó que su esposa le había pedido que le trajera algo. Sin embargo no recordaba el qué, con lo que acudió a una tienda y compró el producto que más le llamó la atención. Se trataba de un espejo, con el cual regresó a su hogar. Tras dárselo a su esposa, se marchó de nuevo a trabajar en el campo.

La joven esposa se miró en el espejo, y repentinamente empezó a llorar. La madre de esta le preguntó el porqué de tal reacción, a lo que su hija le pasó el espejo y le respondió que la causa de sus lágrimas era que su marido había traído consigo otra mujer, joven y hermosa. La madre de esta miró también el espejo, y tras hacerlo le respondió a su hija que no tenía de qué preocuparse, dado que se trataba de una vieja".

 Este cuento  de autor anónimo. Se trata de una narración muy breve que tiene diferentes posibles interpretaciones, pero que entre otras cosas nos habla de cómo nos vemos nosotros mismos reflejados en el mundo, estas mujeres al verse por primera vez no se reconocen y en el caso nuestro , la diferencia entre cómo nos creemos que somos y cómo somos en realidad, a menudo subestimándonos o sobrevalorándonos.

 

 

A MI YO

Hace dos días murió una de mis mejores amigas en La adolescencia mis recuerdos rondaron rumiantes todos estos días  y como decía  Zayra Abascal es necesario escribir una carta a nuestro YO para calmar a la tormenta interna ,

Querida YO ,

Espero que estas líneas te encuentren en un lugar de paz y serenidad. Quiero empezar recordándote lo fuerte y resiliente que eres. A medida que escribo estas palabras desde el presente, puedo sentir las huellas de las batallas que has librado, las lágrimas que has derramado y los triunfos que has celebrado. Pero, sobre todo, puedo sentir tu deseo sincero de estar bien, de encontrar la plenitud y la felicidad en medio de este viaje llamado vida.

En este momento, en el presente, me encuentro reflexionando sobre las cosas que realmente importan. He aprendido que la vida no se trata simplemente de atravesar los días, sino de encontrar significado en cada uno de ellos. He descubierto la belleza de los momentos simples, la importancia de las conexiones genuinas y el valor de cultivar el amor propio.

Quiero que sepas que he estado trabajando arduamente para construir un puente hacia ti. Un puente hecho de coraje, resiliencia y decisiones conscientes. Cada elección que hago hoy es una piedra que coloco con la esperanza de que, cuando cruces ese puente hacia el futuro, encuentres un camino más firme y luminoso.

Sé que a veces te has sentido abrumada, incluso perdida. Pero también sé que has encontrado fuerzas en lugares inesperados, que has descubierto una valentía dentro de ti que quizás no sabías que existía. Recuerda esos momentos de triunfo, por pequeños que puedan parecer, porque son los que te han llevado hasta aquí.

Al escribirte hoy, no puedo dejar de enfatizar la importancia de cuidar de ti misma en todos los aspectos, especialmente de tu salud mental y emocional. Estoy consciente de que, en el trajín diario, entre las responsabilidades y las expectativas, puede ser fácil pasar por alto la necesidad de atender tu bienestar interior.

He aprendido que la salud mental y emocional es como un jardín delicado que requiere atención constante. Así como cuidamos de nuestras plantas más preciadas, necesitamos dedicar tiempo y energía a nutrir nuestras emociones y pensamientos. El estrés puede ser un intruso persistente, pero he llegado a entender que el autocuidado no es un lujo, sino una necesidad imperativa.

Hoy, estoy tomando medidas conscientes para cultivar la salud mental y emocional. He aprendido a dar importancia a la pausa, a la reflexión, y a desconectar cuando es necesario. Practicar la gratitud, la meditación y el autocuidado se ha convertido en parte integral de mi rutina diaria.

Quiero que, en el futuro, continúes este viaje de autocuidado con amor y compasión. Siempre recuerda que está bien pedir ayuda cuando la necesites. A veces, compartir nuestras cargas con los demás es un acto de valentía, no de debilidad. No estás sola en esto.

La salud mental y emocional no solo beneficia a ti, sino que también impacta positivamente en todos los aspectos de tu vida, incluyendo tu papel como  tia. Ser consciente de tus propias necesidades te permitirá ser una presencia más plena y amorosa para tus seres queridos.

Visualizo un futuro en el que te rodeas de personas que apoyan y entienden la importancia de este viaje interior. Un futuro en el que las risas son sinceras, las lágrimas son liberadoras y cada día se vive con autenticidad. A medida que avanzas, toma tiempo para reconocer y celebrar tus logros, incluso los pequeños.

Este viaje que emprendemos hacia el futuro no se trata solo de logros externos, sino también de cultivar la paz interior. Que este mensaje te sirva como un recordatorio constante de la importancia de cuidar de ti misma. Hoy, en este momento, te envío todo mi amor y energía positiva. Que estas palabras actúen como un faro en los días oscuros y como un recordatorio de que mereces toda la felicidad que la vida tiene para ofrecer. Estoy construyendo un camino hacia ti, y estoy ansiosa por verte cruzar ese puente hacia un futuro lleno de amor, autenticidad y satisfacción.

Con todo mi cariño,

YO.

 

miércoles, 29 de enero de 2025

 PARA QUIENES HAN ESTADO SIEMPRE A MI LADO

En estos días leí que :Charles Plumb, era piloto de un avión de combate en la guerra de Vietnam. Después de muchas misiones, su avión fue derribado por un misil.
El Capitán Plumb se lanzó en paracaídas, fue capturado y pasó seis años en una prisión vietnamita. A su regreso a Estados Unidos, daba conferencias relatando su odisea y lo que aprendió en la prisión.
Un día estaba en un restaurante y un hombre se acercó y lo saludó:
Le dijo: – “Usted es Charles Plumb, era piloto en Vietnam y lo derribaron verdad?”
“Y usted, ¿cómo sabe eso?”, le preguntó Plumb.
El le respondió: “Porque yo empacaba su paracaídas.
Parece que le funcionó bien, ¿verdad?”
Plumb casi se ahogó de sorpresa y con mucha gratitud le respondió:
“Claro Que Funcionó,
Si No,
Hoy Yo No Estaría Aquí.”
Estando solo, Plumb no pudo dormir esa noche, meditando:
¿“Se preguntaba cuántas veces vi en el portaviones a ese hombre y nunca le dije buenos días? – Yo era un arrogante piloto de combate y él era un humilde marinero”
Pensó también en las horas que ese marinero pasó enrollando los hilos de seda de cada paracaídas, teniendo en sus manos la vida de alguien que no conocía.
Desde entonces, Plumb inicia sus conferencias preguntando. ¿Quién
empacó hoy su paracaídas?.
Las personas diariamente necesitamos paracaídas que nos permiten soportar las caídas. Soportes emocionales, físicos y espirituales. Que llegan de nuestra familia, amigos, de personas cercanas que nos animan, nos incentivan, nos acompañan y con su cariño nos empacan diariamente nuestro paracaídas.
¿Quien estuvo allí cuando emocionalmente o físicamente sentimos desfallecer?.

Gracias a todos los que el año pasado y este año sostienen los hilos de mi paracaídas.-

lunes, 27 de enero de 2025

 

LA VIDA NO ES SOLO JODA

Recordando frases sobre que la vida se disfruta mas saliendo o como dicen los jóvenes de ahora en joda, y sorprendentemente a mí no me gusta salir mucho, pero sí alguna vez he sentido la llamada del camino abierto bajo mis pies, invitándome a explorar, descubrir y deambular  y libero a la vagabunda dormida que llevo dentro mientras emprendo un viaje de pasos que se repiten a través de las palabras, la vista y los oídos.

Juan Burroughs decía: Todavía encuentro que cada día es demasiado corto para todos los pensamientos que quiero pensar, todos los paseos que quiero dar, todos los libros que quiero leer y todos los amigos que quiero ver.

Y aquí estoy admirando y amando las pantallas que me llevan a donde deseo ir hasta con un fondo musical maravilloso, después tengo la dicha de pasear bajo los árboles con el canto de los pájaros, un atardecer bello, rodeado de cerros… más ilusiones que jamás terminan…

  MIRO LOS PENSAMIENTOS

 

 Hoy viajé por mis pensamientos después de haber leído a LUA y tiene razón, la mayoría de nosotros solemos pensar que somos lo que pensamos, ni siquiera nos paramos a pensar en la posibilidad de que esto no sea así. Es decir, nos identificamos con nuestros pensamientos.

¿Alguna vez  has pensado la cantidad de pensamientos que nos asaltan a lo largo del día?

Según estudios científicos tenemos 60000 pensamientos al día y la mayoría de ellos son negativos, repetitivos y relacionados con el pasado. Pero te das cuenta que es imposible no viajar por los rincones ocultos de la niñez, la juventud y los paisajes que guarda nuestra película oculta.

 De hecho, cuanto más queremos desprendernos de algún pensamiento negativo y/o repetitivo, más aparece.

Los pensamientos no son más que cadenas de palabras. El problema viene cuando nos identificamos y nos creemos lo que pensamos.

Sacar conclusiones sin datos: llegar a conclusiones que no se desprende de la realidad. Hay una adivinación del pensamiento de los demás y del futuro como si tuviésemos una bola de cristal y pudiésemos adivinar.

Nos pasamos la vida preocupándonos  por cosas que nunca pasarán o pasarán de forma diferente a como hemos imaginado.

Mi hermana Eveltsy cuando estamos en un lugar público me dice qué piensas o que miras? y siempre le respondo miro los pensamientos …

Te pienso.

Te pienso probablemente más de lo que debería, y seguramente más de que lo que quisiera. Te pienso cómo un sueño distante, cómo un ideal perfecto e idílico. Cómo eso que no necesito, pero que sin duda me muero por tener.
Te pienso incluso cuando creo haberte olvidado y luego reapareces cómo una explosión de azul y naranja y rojo en el fósforo que enciende mi cigarrillo. Y es que me desvelo pensando en tenerte conmigo,  en vez de atormentarme placenteramente soñándote todas las noches; en vez de forma de ideal quiero que estés conmigo esta y todas mis dolientes madrugadas, a mi lado, que sin 
no tiene forma mi vida.

 Anyelo Montero