EL
ZAR Y LA CAMISA
León Tolstói
Un zar estaba enfermo y dijo:
- Daré la mitad de mi reino a
quien me cure.
Entonces, se reunieron todos los sabios y empezaron a discutir cómo curar al zar. Nadie sabía qué hacer. Sólo un sabio afirmó que se podía curar al zar.
- Si se encuentra a un hombre feliz -dijo-, se le quita la camisa y se le pone al zar, éste se curará.
El zar mandó que buscaran a un hombre feliz por todo su reino, pero por mucho que sus emisarios cabalgaron por todos sus territorios, no pudieron encontrarlo. No había ni uno que estuviese satisfecho de todo. Uno era rico, pero estaba enfermo; otro gozaba de buena salud, pero era pobre; otro era rico y gozaba de buena salud, pero su mujer era malvada, o bien sus hijos; todos tenían algún motivo de queja.
Un día, a última hora de la
tarde, el hijo del zar pasaba junto a una pequeña isba y oyó a alguien que
decía:
- Gracias a Dios he trabajado bastante, he comido cuanto necesitaba y ahora me voy a la cama. ¿Qué más puedo pedir?
El hijo del zar se alegró,
ordeno que le quitasen la camisa a ese hombre, que le diesen una cantidad de
dinero a modo de compensación, todo el que quisiera, y que llevaran la camisa
al zar.
Los emisarios fueron a ver al hombre feliz y quisieron quitarle la camisa; pero ese hombre feliz era tan pobre que ni siquiera tenía camisa
Cuando una persona quiere ser feliz y no puede, significa que algo no va bien, es
decir, que falta algo en su vida a pesar de que parezca que ya tiene todo lo
necesario. Encontrar la razón de este problema es el primer paso para empezar a
acabar con el ‘soy infeliz’ y cambiarlo por un ‘ESTOY FELIZ’.
Y
tú necesitas la camisa de otro para ser Feliz?
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