miércoles, 2 de noviembre de 2016

Gracias a Dios aprendí algo

 Esta es mi definición de una persona religiosa porque gracias a Dios  aprendí algo de ella  : ha cambiado su ser interior, lo ha limpiado, así que se convierte en un puro espejo, refleja pero no reacciona. Siente compasión incluso por aquellos que están llenos de ira, siente compasión por los tristes, los desdichados, por los que están destrozando su vida con el alcohol o las drogas. Lo único que siente es compasión. Y de esa compasión sale una respuesta: si puede ayudar, ayuda

Si las personas empezasen a comportarse así, en poco tiempo crearíamos un tipo de vida completamente distinto...

Cuento Zen para Reflexionar.!!


– Maestro, ayer en el autobús venía una mujer bailando y contorsionándose en su asiento al compás de la música. Parecía una loca y todos la mirábamos sin decir nada. ¿Es que se puede no tener vergüenza?
– Hijo, tu deberías tener vergüenza de tu observación y pregunta. Por lo que

me dices, esa mujer era el único ser feliz en ese ómnibus; todos los demás eran palos secos preocupados de sus pequeñas cosas y del qué dirán los demás.

LA BELLEZA AUTENTICA

La belleza interior es la única belleza posible. Todas las demás bellezas se quedan en la superficie de la piel. Uno puede engañarse por un tiempo, pero tarde o temprano esta belleza se acaba y uno se queda con la fealdad desnuda, porque la verdadera belleza nunca llegó a desarrollarse. La verdadera belleza no tiene nada que ver con el rostro, sino con la luminosidad que emana de tu interior.
No tiene nada que ver con la forma de los ojos, sino con la luz que brilla a través de ellos. No tiene nada que ver con el cuerpo, sino con la presencia interior que vibra a través de él. La verdadera belleza surge del fondo, del verdadero fondo de tu ser, e irradia desde dentro hacia el cuerpo. La falsa belleza está sólo en la superficie; no está arraigada en tu interior. No posee raíces.

Recuerda: uno debe ir en pos de la belleza autentica. Lo momentáneo es simplemente una pérdida de tiempo, es una especie de sueño. La belleza autentica es eterna, permanece: una vez que la has encontrado, la has encontrado para siempre.