miércoles, 1 de enero de 2014

BIENVENIDO AÑO 2014


Cada año que finaliza es un ciclo que se  cierra para dar permiso a otro, uno nuevo en blanco, donde podremos dibujar nuestros sueños, nuestras esperanzas, donde todo es posible ya que todo está por construirse.
Hace 24 horas  cerramos este pedazo de vida y de historia, marcado con el número 2013.
 Hoy al iniciar un nuevo año el 2014 pedimos para ti:
«Que el Señor te bendiga y te proteja. Que el Señor haga brillar su rostro sobre ti y te muestre su gracia. Que el Señor te descubra su rostro y te conceda la paz» (Nm. 6,24-26).
Es muy significativo escuchar de nuevo esta bendición precisamente al comienzo del nuevo año: ella acompañará nuestro camino durante el tiempo que ahora nos espera. Son palabras de fuerza, de valor, de esperanza. No de una esperanza ilusoria, basada en frágiles promesas humanas; ni tampoco de una esperanza ingenua, que imagina un futuro mejor sólo porque es futuro.
Esta esperanza tiene su razón de ser precisamente en la bendición de Dios, una bendición que contiene el mejor de los deseos, el deseo de la Iglesia para todos nosotros, impregnado de la protección amorosa del Señor, de su ayuda providente.

No vivamos hacia atrás no comencemos el año 2014 cargados de sombras, no le demos la espalda a la LUZ. Mientras menos cargas lleves contigo, tendrás que llorar menos y el cansancio será mucho menor.
Como dice un gran misionero salesiano Gumersindo Díaz :  “párate en la proa de tu barco, levanta de nuevo las velas, mira hacia lo largo y ancho del mar…cuando te convenza de su inmensidad, encontrarás otro camino, y cuando mires al cielo parecerás gaviota que, apartándose de todo, encuentra el recto camino que le hace volar hasta DIOS”.

El pasado es sólo una escuela para aprender…el presente es para vivir renaciendo cada día y cada hora…el futuro es para soñar, porque siempre puedes ser algo más. Vivir empezando es la forma de llegar. Lo demás es para olvidarlo. Si eres capaz de limpiar tu pasado, dejando atrás lo que no vale, y caminar con los ojos llenos de luz para ver qué quieres y hacia dónde vas, puedes declararte un nuevo ser, y empezar una nueva vida, con una rica aventura que vale la pena vivirla. Ánimo! Pon tu nombre entre los héroes y heroínas y nadie podrá borrar, porque tendrá el sello de Dios que te bendice.

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