EL
VALOR DEL AGRADECIMIENTO
Ayer pensando en la
gente que le importa muy poco ser agradecida, recordé un cuento de Alfonso Barreto que nos enseña sobre ser agradecidos y se los voy a compartir:
Un día los
pies se rebelaron contra el resto del cuerpo:
—La mayor
carga sobre todo la llevamos nosotros; dondequiera que el cuerpo desee ir, allí
le debemos conducir.
— ¡Dicho está!
¡Caminar sin refunfuñar!
Sin embargo,
en las horas de la noche, el cuerpo sumergió a los pies en una deliciosa tina
con agua tibia; los enjuagó con un líquido medicinal; los fregó con una piedra
suavizante y les aplicó un polvo reconfortante. Estos productos los había conseguido
en las tres caminatas.
Al verse
abrumados, los pies se sintieron muy descansados y recompensados; aprendieron
la eterna lección: a la postre todo esfuerzo siempre traerá su compensación.
Siempre
debemos tener un espíritu de gratitud en todo lo que hagamos y digamos. Cuando
somos agradecidos, tenemos una mayor felicidad y satisfacción en nuestra vida y
si esa gratitud es contigo mismo, más felicidad aun.
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