ABRIENDO PUERTAS SIN MIEDO
En época de
guerra había un rey que causaba espanto
a sus enemigos ya que a sus prisioneros, no los mataba, si no que los llevaba a
una sala donde había un grupo de arqueros de un lado, y una inmensa puerta de
hierro del otro, sobre la cual se veían grabadas figuras de calaveras cubiertas
de sangre.
En esa sala, les hacía formar un círculo y les
decía:
– Ustedes pueden elegir entre morir a flechazos
por mis arqueros o pasar por aquella puerta. Detrás de esa puerta, YO LOS
ESTARÉ ESPERANDO.
Todos elegían ser muertos por los arqueros.
Al terminar la guerra, un soldado que por mucho
tiempo había servido al rey, se dirigió al soberano y le dijo:
– Señor, ¿puedo hacerle una pregunta?
– Dime, soldado.
– Señor, ¿qué hay detrás de esa puerta?
El rey contestó:
– Ve, y
mira tú mismo.
El soldado abrió temerosamente la puerta, y a
medida que lo hacía, rayos de sol entraron y la luz invadió el ambiente.
Finalmente, sorprendido, descubrió que la puerta se abría sobre un camino que
conducía. ¡a la LIBERTAD! El soldado, embelesado, miró a su Rey, quien le dijo:
– Yo les daba la oportunidad de hacer una
ELECCION, ¡pero por temor preferían morir a arriesgarse a abrir esta puerta!
Ante decisiones de esta magnitud, es normal que
afloren miedos, inseguridades, bloqueos, sentimientos de responsabilidad y
emociones que pueden sobrepasarnos.
Cuántas posibilidades perdemos en la vida por el
miedo, los humanos tendemos a asustarnos ante situaciones nuevas no importa que
tan valientes seamos ya que el miedo a lo desconocido es universal.
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